lunes, 8 de junio de 2015

Novedades en Nepal

Buenos días continúo con el relato que me envía Montse desde la distancia en su misión por tierras Nepalíes.

"Me encuentro de camino a Jhakribas, en un pueblecito a 14 horas en Jeep. Polvo y sudor de Kathmandú. Aquí no puedo enviar mails pues no hay cobertura.









Estamos en Aiselukharka, el pueblo del mercadillo. Es sábado pero llegamos demasiado tarde.
Deberíamos esperar a la semana que viene, si aún estamos aquí, para visitarlo.
Caminamos una montaña entera cara abajo y otra cara arriba, lo que yo traduzco en un camino de nunca acabar. El lugar es realmente remoto.
Por el camino la gente paraba su tarea para observarme. Nunca antes habían visto una extranjera y algunos hacían hipótesis sobre el color de mi cabello. Las colinas dibujaban una estampa bucólica labradas de verde con cosechas de maíz.
Vamos a estudiar el material para reconstruir las casas afectadas, son más de 100.  Pensamos en rehacer el techo. Empezamos el contacto con la gente del lugar.



Llegados a Jhakribas hermanos de Santabir pasean las vacas y los búfalos. Los dejamos atrás mientras comemos fresas silvestres y frambuesas aparecen en nuestro camino entre los pies. Nos sigue un niño que no tiene más de 6 años. Desde la cima intentamos alcanzar conexión pero nos resulta imposible. El verde predomina en un espacio bucólico. El niño fabrica piruetas, camina cuesta abajo como vehiculo a motor haciendo tirabuzones, hace el pino en el aire i voltea boca abajo. La vida en los pueblos es mucho más relajada, aun cuando deben salvar largas distancias a pie para llegar de un sitio a otro. El dinero que recolectamos solo alcanza para 7 casas. Tenemos que pensar un plan b, hay más de 100 afectadas sólo aquí cuando es el territorio menos afectado."


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